Rytterholm

El Rytterholm era un buque de puente central con cuatro bodegas, tres a proa y una a popa. Se dirigía desde Noruega hacia Bangkok (Tailandia) con 9.713 toneladas de abonos y fertilizantes en sacos.

A la 1 de la madrugada del día 12, en medio de un temporal, emitió un mensaje comunicando haber sufrido un corrimiento de carga. Dadas las condiciones de visibilidad y el estado de la mar, se decidió esperar a que se hiciese de día para no correr riesgos. A las 7 y media, un nuevo golpe de mar le provocó un nuevo corrimiento llegando la escora a los 40º y aumentando.

Para entonces se encontraban en la zona dos pesqueros, la embarcación de la Cruz Roja del Mar, Blanca Quiroga, además de la embarcación de los prácticos. Los remolcadores del puerto llegaron a las 9 menos cuarto, pero cualquier intento por rescatar el buque era ya inútil. El vuelco era inminente.

La pérdida era ya irreversible y desde las embarcaciones de socorro se animaba a los tripulantes del mercante a que se arrojaran al agua para ser recogidos. La única víctima fue el cocinero del barco. De nacionalidad china, edad avanzada y, al parecer, muy corpulento, se negó en redondo a abandonar el buque. Se encerró en su cocina donde desapareció junto con el buque a las 9.30 de la mañana. Pocos días después apareció su cadáver flotando en las proximidades de la punta de O Seixo Branco y, paradójicamente, su muerte sirvió para bautizar el naufragio ya que este pecio se conoce popularmente como “el barco del chino” entre los pescadores y buceadores que lo frecuentan.

Los restos del Rytterholm fueron objeto de varios trabajos de desguace, centrados en la recuperación de las partes más rentables del mismo. Las partes extraídas se limitan a los puntales de carga, el eje del motor, la hélice y determinadas partes de la máquina.