La ruta de “La frontera de Os Meixidos” va desde Carnota hasta Porto de Son y abarca una da las zonas más peligrosas para los navegantes. Las diferentes formaciones rocosas situadas en las profundidades de la ría de Corcubión y la ría de Muros- Noia, son conocidas como Los bajos de Os Meixidos, peligrosas trampas naturales, difíciles de ver incluso con buen tiempo.

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Os Mexidos han sido los causantes de incontables pérdidas humanas y centenares de naufragios entre los que destaca el del buque Cardenal Cisneros, en octubre de 1905. Este era un crucero acorazado de la Armada española, que se encontraba realizando operaciones en la ría de Muros, cuando recibió indicaciones para ir a Ferrol a reparar unas averías. Al poco de salir de su zona de fondeo, al pasar cerca de los bajos de Os Meixidos, tocó con un escollo que desgarró su casco en más de 50 metros. Pese a que el acorazado se hundió, otras embarcaciones próximas al accidente y vecinos de la localidad de Muros, ayudaron a que los 544 tripulantes del Cardenal Cisneros sobrevivieran al naufragio.

Por este motivo, la villa de Muros, uno de los pueblos marineros más emblemáticos de Galicia, recibió en 1906 el título de “Muy humanitaria”, un honor concedido por el rey Alfonso XIII que todavía conserva en su escudo. Te recomendamos pasear por sus calles empedradas con antiguos edificios y robustos soportales; disfrutar de la gran gastronomía local y sentir la coherencia del tiempo en su gente de mar.

Si continúas hacia el sur, y buscas una panorámica del litoral y de ría de Muros-Noia, sugerimos que pares en algunos de los miradores, desde donde también podrás vislumbrar los temidos bajos de Os Meixidos. El mirador de Caamaño, Tahume o el de Enxa en Porto do Son, te ofrecerán las mejores vistas.

Precisamente en el monte Enxa se encuentra el Centro Zonal de Coordinación del Tráfico Marítimo de Fisterra, que controla la navegación del corredor marítimo de A Costa da Morte, que transcurre en el punto más cercano a tierra, a 22 millas de la costa. Su objetivo es reducir los accidentes marítimos en esta zona y mejorar la capacidad de respuesta por parte de los dispositivos de salvamento.

Para finalizar la ruta, ya en Porto do Son, puedes visitar el Museo Marea, el Museo de la Memoria Marinera, en el que encontrarás objetos relacionados con los naufragios, entre los que destaca una placa de la caldera del Horatio, un vapor inglés hundido en los bajos de o Xorexo (homólogos de los Meixidos) en 1904.

Uno de los tesoros más importantes del museo son las “libretas de marcas de pesca” en la que los patrones de los barcos de la década de los años 50 del siglo XX, marcaban a mano los puntos en los que pescaban. Llama la atención que uno de los caladeros lo sitúan en el barco Blas de Lezo, un crucero militar que naufragó en 1932 en A Costa da Morte, al chocar con unos bajos no cartografiados mientras realizaba maniobras militares.

Esta relación evidencia una realidad indiscutible, y es que los pecios, pese a haber protagonizado dramáticos accidentes marítimos, en la actualidad son grandes arrecifes artificiales, que albergan en sus estructuras una rica y gran biodiversidad marina.

 

Folleto RIMARTES. Riqueza del mar, tesoros de lo profundo:

 

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