Junto al faro gemelo del cabo Roncudo, del otro lado de la ría Corme-Laxe, una mujer con un niño de corta edad en brazos mira desesperada al horizonte buscando el barco de un ser querido que nunca regresará. Es la escultura “A espera”, obra de la artista Iria Rodríguez, en recuerdo de los fallecidos en el mar a través de las personas que dejan en tierra.
Situación privilegiada. Aquí en el cabo de Laxe está situado el faro del mismo nombre, “gemelo”, del de cabo Roncudo. Construidos en 1920, ambos son un sencillo cilindro recubierto de azulejos blancos. La diferencia es su apariencia y destello. ¿Sabías que estas dos características son el “DNI” de los faros desde el mar?