ANTIGUO PUERTO INTERNACIONAL
CORCUBIÓN
El establecimiento de la Compañía General de Carbones, propiedad del empresario Plácido Castro, en el puerto de Corcubión surgió a causa de la necesidad de ofrecer un punto de reaprovisionamiento para los buques de vapor que transitaban frente al cabo Fisterra. En ocasiones, los buques quedaban cortos de combustible, sobre todo si tenían que hacer frente a los temporales, y precisaban de repostar antes de alcanzar sus destinos.
A la ría de Corcubión comenzaron a arribar buques y, durante muchos años, se vería muy concurrida de barcos todas las nacionalidades. Pronto se instalarían aquí consulados de diferentes países, provisionistas, remolcadores y servicios a la navegación, entre otros, creando una pujante industria alrededor del tráfico marítimo.
Este discurrir de buques tuvo, sin embargo, una contrapartida. La pérdida de no pocas naves en los peligrosos bajos que salpican el seno de Corcubión. Para evitar este riesgo se establecieron varios faros y balizas, como el del Carrumeiro Chico, además de situar prácticos que introdujeran los buques en la ría.
Los pontones. Una vez en el interior de la ría de Corcubión, los buques se abarloaban a pontones cargados de carbón, muchos de los cuales acabaron hundidos en el fondo. Ahora son visitables por buceadores reacreativos.
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